En la búsqueda de optimizar la eficiencia operativa y la seguridad en los aeropuertos, el uso de biometría se ha convertido en una solución eficaz para gestionar los riesgos de suplantación de identidad, tener control migratorio, acelerar los procesos aeroportuarios y, por ende, mejorar la experiencia de usuario, siempre y cuando se mantenga el equilibrio entre la recopilación de los datos sensibles y la protección del derecho a la privacidad.
“La implementación de la biometría, indudablemente, se traduce en una mejora notable en la eficacia de los procedimientos de control aplicables a visitantes y viajeros. Sin embargo, también representa un reto de ciberseguridad e identidad digital altamente crítico, tanto para las autoridades como para las aerolíneas, que requieren de estándares y protocolos internacionales de seguridad informática para prevenir el acceso no autorizado o el robo de datos confidenciales”, explicó Manuel Moreno, Director de Habilitación de Ventas de IQSEC.
Y es que según la encuesta de Air Transport IT Insights, de SITA, este 2023 el 93% de los aeropuertos del mundo destinarán mayores inversiones en Tecnologías de la Información (TI), siendo su prioridad la biometría, los servicios en la nube y la ciberseguridad. En consecuencia, también las aerolíneas están adoptando, gradualmente, soluciones de auto-embarque sin contacto personal, utilizando documentación biométrica y de identificación, proyectando que, en 2025, más del 70% de ellas usará completamente esa tecnología.
“Con este panorama, es fundamental proveer de soluciones de ciberseguridad e identidad digital a ese sector para que resguarden y protejan las bases de datos de sus usuarios, así como asegurar la interoperabilidad y el cotejo con documentos oficiales, como, por ejemplo, el INE, RENAPO y SHCP, en México y, proporcionar la transparencia en el tránsito de la información, a fin de que las personas conozcan y controlen el destino de sus datos, así como el tratamiento de los mismos”, explicó el especialista de ciberseguridad. Esto, bajo la premisa de que los datos biométricos son representaciones de propiedades físicas, fisiológicas, de comportamiento o rasgos de la personalidad atribuibles a un individuo quien es el único dueño de su información.
En nuestro país, la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares (LFPDPPP), el responsable o los terceros que intervengan en cualquier fase del tratamiento de datos personales, guarden confidencialidad respecto de los datos biométricos, obligación que subsistirá aun después de finalizar su relación con el titular.
“Esta ley, aunada a la responsabilidad y la concientización del sector aeroportuario de la importancia de proteger los datos personales y de los riesgos de ciberseguridad, hacen viable, en un futuro próximo, la implementación de tecnología de reconocimiento de rasgos biométricos en nuestro país, que se pondría, incluso, a la vanguardia mundial con la creación de un pasaporte digital”, añadió Manuel Moreno.
Los beneficios del uso de biometría en el sector aeroportuario son:
- Reducción de los tiempos de espera y mayor eficiencia.
- Control de riesgos de seguridad y privacidad de los datos.
- Mayor precisión y confiabilidad en la identificación de usuarios.
- Reducción de fraude y robo de identidad.
- Mejor control fronterizo.
- Ahorro de costos para aeropuertos y aerolíneas por la automatización de la verificación de identidad.
- Mejora en la experiencia de usuario.
- Mecanismos de autenticación.
- Cumplimiento regulatorio en materia de leyes internacionales y de privacidad.
- Reducción el impacto ambiental por la eliminación del uso de papel.
Finalmente, debido a las grandes ventajas que ofrece el uso de esta tecnología, Statista proyecta que para el 2027, el mercado mundial de autenticación e identificación biométrica alcanzará casi 100 mil millones de dólares.