Después de un año sumamente complicado la esperanza de la recuperación económica se centra en que la estrategia de vacunación contra la COVID-19 permita mayor certidumbre en las inversiones y de esta manera revertir el impacto que ha dejado la contracción del mercado que los especialistas ubican en 4.3% a nivel global.
De hecho, el Banco Mundial en su Informe Perspectivas Económicas Mundiales pronostica un 2021 con un crecimiento económico a nivel mundial que ronde los 4 puntos porcentuales, por lo que la expectativa de recuperación es moderada considerando los desafíos a los que se enfrentan los países en general.
En el caso de América Latina, el confinamiento dejó una disminución del 8 por ciento en el PIB, de acuerdo con el documento denominado Situación y las Perspectivas de la Economía Mundial en 2021 presentado por al ONU a finales de enero. Además, hace mención de que el 3.8% de crecimiento a nivel regional pronosticado para 2021 y el 2.6% para 2022 no será suficiente por lo que se visualiza una recuperación más tangible hacia el año 2023.
En el caso del mercado de seguridad electrónica solo los analistas globales vislumbran un panorama de crecimiento a nivel mundial con una tasa compuesta anual cercana al 9%, sin embargo, América Latina no cuenta con datos que sustenten algún pronóstico de crecimiento. De hecho, la encuesta telefónica elaborada por SecuriTIC el año pasado dejó ver un escenario donde la pandemia disminuyó significativamente las oportunidades de negocio de los especialistas del ramo hasta en un 70%, derivado principalmente por la puesta en pausa de proyectos programados.
Cabe señalar que durante 2020, las soluciones de monitoreo de temperatura corporal despertaron gran interés en gobierno e iniciativa privada, abriendo opciones de negocio para integradores que buscaban alternativas para ayudar a sus clientes a mantenerse activos, apegándose a las normativas impuestas por las autoridades. Posteriormente llegaron las opciones de control de acceso con medición de temperatura con foco en empresas que buscaban soluciones alineadas a las estrategias de reapertura de negocios a mediados del año pasado.
Bajo este escenario, la analítica de video tomó mayor fuerza en temas de conteo de personas para control de aforo, detección de distancia entre personas para cumplir con los requerimientos de sanidad, automatización en los controles de acceso de personal y detección de cubrebocas aunado al monitoreo de temperatura corporal. Adicionalmente, creció el número de empresas que encontró en los servicios nuevas oportunidades para explotar las herramientas tecnológicas que permitían la vigilancia y gestión remota de infraestructura de videovigilancia.
Del lado de los mayoristas, la estrategia se volcó a las redes sociales tratando de captar atención más allá de su propia base de datos, los esfuerzos en atraer y mantener a sus clientes permitieron una oleada de cursos de capacitación sin precedente que ha dejado al descubierto que el desarrollo de contenido va más allá de contar con herramientas de video, ya que el promedio de atención del usuario ronda los 12 minutos.
En este mismo segmento, el uso indiscriminado de envío de correos masivos ha logrado saturar las bandejas de entrada de los canales por lo que paulatinamente esta estrategia de comunicación va perdiendo sus efectos positivos.
Alianzas para salir de la crisis
Si bien el mundo de TI y seguridad física convergen en temas de videovigilancia, la idiosincrasia en cada mercado marca la diferencia a la hora de hacer negocio, es decir, mientras la industria de TI lleva años impulsando el co-partnering, en seguridad física se mantiene una estrategia cerrada para cada jugador donde en lugar unir fuerza con nuevos aliados prevalece solo la búsqueda del beneficio particular.
En este sentido, los principales jugadores del mercado tendrán que identificar las necesidades de una región que marchará lentamente en su recuperación, al menos durante el primer trimestre del año o conforme se vaya avanzando en la promesa de vacunación, que cada país está trabajando de acuerdo a sus posibilidades.
Con esto en mente, se espera que los negocios pausados logren llevarse a cabo en este año, asimismo la reactivación paulatina de la fuerza laboral hará que nuevamente se tenga en la mira el uso de tecnologías de seguridad que ayuden a un retorno seguro durante los próximos meses. Tal es el caso de las soluciones de control de acceso con monitoreo de temperatura que ayudarán no solo en esta fase de la pandemia sino podrán ser utilizadas posteriormente para cubrir otras necesidades, por ejemplo, en el control de asistencia.
En cuanto a los integradores, la oportunidad de fortalecer o desarrollar una área de servicios administrados es inminente, por lo que tendrán que presionar a fabricantes y mayoristas para alcanzar los apoyos necesarios para adaptarse a las necesidades que dicta el mercado. Y para ello se necesita no solo conocimiento y tecnología sino alianzas entre canales para apoyar en proyectos donde geográficamente no se tenga el alcance necesario.
De lado de las marcas, la comunicación entre empresas con productos complementarios permitirá llegar a nuevos proyectos donde no han podido acceder por sus propios medios, el reto es abrirse a nuevas formas de colaboración. Incluso aprovechando su inmersión en redes sociales funcionaría no solo publicar “contenido de valor” sino aprovechar los foros para identificar las necesidades que son plasmadas en cada comentario, con este ejercicio los aliados serán nuevos canales que los llevarán a cuantificar el retorno de inversión en este tipo de estrategias.
Si bien el panorama para 2021 es incierto, pues no se sabe el tiempo que llevarán los procesos de vacunación ni cuándo se dará por terminada la pandemia, entonces el reto será adaptarse y buscar nuevas alianzas que ayuden no solo a mantener el negocio a flote sino a impulsar nuevas oportunidades que permitan sentar las bases de una estrategia en lo que se denomina la nueva normalidad en los negocios.