En la lista de los diez principales riesgos globales destacados en el Foro Económico Mundial (WEF) pasado, tres de ellos están ligados a la tecnología: El colapso de la infraestructura TI, desigualdad digital y fallas en seguridad. Si por un lado, el reciente avance de la transformación digital y la llegada de 5G como el inicio de implementación previsto en varios países latinoamericanos en breve, son importantes para disminuir la brecha digital del otro lado vemos que tienden a aumentar más las brechas de seguridad.
Es indiscutible el papel del 5G para llevar la banda ancha a localidades aún remotas y para diversas posibilidades de uso, sea un área de salud educación, movilidad, entre otras. En este escenario, la pregunta principal que aún queda es: ¿Cuándo 5G esté presente de manera significativa, las prácticas actuales de ciberseguridad actuales van a mantenerse? La respuesta es NO.
A partir de los numerosos casos de uso de la tecnología y su capacidad de alcanzar velocidades en gigabits y baja latencia, será necesario que la seguridad cibernética adopte más especificaciones, desarrollando soluciones precisas para cada uso. No basta instalar una solución antivirus o protegerse creando contraseñas robustas, o adoptar una arquitectura de VPN en la nube, sin primero tener herramientas de seguridad de manera personalizada. Por ejemplo, las aplicaciones de la industria requerirán una regulación de ciberseguridad para industria y así sucesivamente.
Un ejemplo son los carros autónomos, un tipo de aplicación que exige baja latencia y consecuentemente requiere soluciones de seguridad adecuadas para ese escenario en el que se puede ofrecer una red de 5G para conectar el carro a una red celular. Lo mismo ocurre con iniciativas ligadas a ciudades inteligentes, donde el 5G es el gran impulsor. El uso de tecnologías impulsadas por una conectividad mayor y la velocidad en el tiempo de respuesta de las comunicaciones prevé un horizonte transformador para los centros urbanos como gestión eficiente de la energía, cámaras inteligentes que comunican los crímenes detectados directamente a la policía, o sistemas de semáforos inteligentes entre otros.
Las herramientas de ciberseguridad personalizadas crearán así una verdadera red de seguridad, totalmente rediseñada y adecuada a las exigencias de esta nueva era de hiperconectividad que ya es muy bien recibida por el mercado. Una encuesta global de Deloitte sobre la adopción de 5G, realizada en 2020, mostró que 86% de los ejecutivos entrevistados consideran que la tecnología inalámbrica avanzada precisa tener una interacción cada vez mayor con toda la cadena de infraestructura con base en tres pilares: Visibilidad profunda, mitigación de ataques de denegación de servicio y toma de decisiones con base en la resiliencia del ambiente (auntenticado, segmentado y seguro).
Los hackers ya están apuntando a las vulnerabilidades de las tecnologías inalámbricas como son nuevas brechas para realizar ataques cibernéticos a gran escala. De esta forma una ciberseguridad robusta – no genérica – y adaptada para cada aplicación es esencial para nuestro futuro con 5G.
Ghassan Dreibi, Director de Ciberseguridad en Cisco América Latina