El avance de la era digital en el mundo promovió un incremento en los diferentes tipos de transacciones financieras, ya sea para realizar el pago de un servicio, enviar dinero, recibir el desembolso de un préstamo o comprar un producto por internet. Es inevitable que el dinero se esté moviendo constantemente en estos espacios. Y si bien esto es algo positivo en materia de inclusión, también significó un aumentó en los casos de ciberfraudes financieros en América Latina.
Desde el inicio de la pandemia, la suplantación de identidad por email, las estafas online y el secuestro de datos han sido algunos de los crímenes más detectados en la región, y representan un alto riesgo no solo para los clientes de comercios electrónicos, sino también para entidades financieras y gobiernos, de acuerdo con la firma de ciberseguridad Kaspersky.
Aunque actualmente ya varias entidades han señalado que la inversión en ciberseguridad y lucha contra delitos de este tipo ha sido cada año más alta, los desafíos no dejan de ser menores, puesto que las modalidades de los cibercriminales constantemente se están modificando.
En ese sentido, para el experto en tecnología Santiago Etchegoyen, quien es CTO y cofundador de uFlow, empresa que desarrolló un motor de decisiones No-Code basado en tecnologías Cloud que incorpora fácilmente Inteligencia Artificial, con la que se llevan adelante diferentes proyectos junto a diferentes entidades para automatizar los procesos de evaluación crediticia y disminuir los índices de fraude financiero, ésta problemática se podría llegar a resolver con data, analítica y modelos de OpenFinance.
“La lucha que se realiza contra el fraude se ha convertido en uno de los retos más grandes a los que deben enfrentarse los bancos digitales, incluso, se calcula que más de uno de cada cuatro ciberataques van dirigidos hacia entidades financieras. En ese sentido, entre más abiertos estén los datos a través de modelos como el Open Finance, más fácil podrá crearse e identificar a partir de algoritmos, casos sospechosos de ciber fraudes financieros”, afirmó Etchegoyen.
Además señaló, que el fraude digital es evolutivo gracias a las nuevas formas de estafa que surgen todos los días, al mismo tiempo que las ya existentes mutan, para tratar de saltar las trabas que se van aplicando desde las empresas de tecnología. “El engaño no se mantiene como algo estático en el tiempo, sino que se debe analizar, estudiar y seguir muy de cerca debido a la llegada de nuevas fuentes de datos que vienen a paliar este problema. La agilidad que provee el motor de decisiones de uFlow a la hora de integrarlas fácilmente sin entrar en el backlog de sistemas, es clave para reaccionar a tiempo”, detalló.
Gracias a este motor, se pueden llevar a cabo verificaciones de identidad, historiales y comportamientos que descartan (a partir de segundos) a una infinidad de robots, identidades falsas y estafadores, que buscan crear el fraude.
De esta manera se ha comprobado que tecnologías como el Big Data, contribuyen a detectar movimientos sospechosos y aplicar intervenciones específicas para evitar fraudes en los bancos digitales. Sin embargo, debido a la evolución constante de este tipo de delitos, también se debería tener en cuenta el aplicar múltiples capas de seguridad para la autenticación de los usuarios.
Sin embargo, Etchegoyen opina que el Open Finance es una gran oportunidad para mejorar y optimizar la lucha contra el fraude financiero, ya que a partir de los principios de transparencia de información, diferentes entidades como administradores de fondos de ahorro, fondos de inversión, burós de crédito, casas de bolsa y fintech, podrían compartirse los datos de los usuarios para evitar que se cometan este tipo de delitos y que tanto las entidades como las personas no lleguen a ser víctimas y pierdan cuantiosas sumas de dinero.
“En definitiva, la tecnología y las soluciones robustas de identificación y autenticación lograrán mitigar de forma considerable muchas de las amenazas que existen hoy en el mercado”, afirmó el directivo de uFlow, quien añade que esta problemática los llevó a desarrollar estrategias con diferentes entidades financieras para que su motor de decisiones sea una herramienta que funcione no solo para acelerar y hacer más eficientes los procesos de evaluación crediticia, sino también una opción para que se pueda identificar en segundos cualquier proceso fraudulento.
De acuerdo con la Superfinanciera, en el 2020, año en el que aumentaron las transacciones por internet, se evidenció un incremento del 10.7% de fraude en canales digitales, lo que ocasionó una pérdida cercana a los $3,500 billones de dólares solo por internet y más de $179.3 billones, por medio del celular.
Por lo tanto, entendiendo que el sector financiero es uno de los sectores que mayor cantidad de datos produce en tiempo real, es hora de sacar provecho de ellos, ya que su gestión adecuada les permitirá a las entidades operar de una manera segura y mejorar la experiencia de las personas.