Para nadie es un secreto que conocer a los clientes o consumidores es fundamental en el negocio de la publicidad, ya que nos permite crear comunicación que conecta y satisface exitosamente las necesidades de las audiencias. La data sobre los usuarios que obtenemos a partir de este entendimiento es un activo de mucho valor.
En nuestro día a día, consumiendo información digital e interactuando en redes sociales y diversas aplicaciones, nuestros datos se transforman en información precisa y acertada, permitiendo que lo que conocemos como data-driven marketing (o marketing basado en datos) se use como base predictiva para el desarrollo de estrategias publicitarias excepcionalmente dirigidas. Sin embargo, como sabemos, esta ventaja conlleva una gran responsabilidad.
Como usuarios, al entregar nuestra información a las empresas confiamos en que ellas la manejen de una forma responsable y segura; no obstante, el uso de estos datos sensibles enfrenta diversos retos, de los cuales destacaremos a continuación algunos de los más relevantes:
La ética de uso de nuestra información. Todos nosotros hemos aceptado entregar nuestra data a cambio de hacer uso de algún servicio o plataforma o de obtener un beneficio puntual.
Uno de los usos más comunes es el análisis de la data para la entrega de publicidad segmentada de acuerdo a nuestro perfil e intereses. A pesar de que esto es conveniente también para los usuarios, de acuerdo con un estudio realizado por Google y Boston Consulting Group, 74% de los usuarios desean recibir sólo anuncios relevantes y 90% de ellos están dispuestos a compartir su dirección de correo electrónico si se les ofrece a cambio un incentivo adecuado.
Sin embargo, estos mismos clientes esperan que las empresas sean honestas y transparentes con respecto al uso que darán a sus datos; el Estudio Digital 2022 hecho por Wearesocial y Hootsuite indica que al 40.8% de los usuarios de internet en México les preocupa cómo utilizan sus datos las empresas on-line.
Resulta lógico entender por qué si los clientes perciben que una marca no es respetuosa con los datos recabados, su probabilidad de no compartir datos se multiplicará por 2 (Google & Boston Group Consulting). Queda como un enorme reto para los diferentes actores del marketing, la comunicación y la inteligencia de datos no defraudar la confianza de los usuarios.
La seguridad de la información. El secuestro de información (mediante ransomware) y la suplantación de identidad son las prácticas más comunes de los ciberdelincuentes contra los usuarios del e-commerce, mensajería digital y redes sociales, por lo cual representa uno de los mayores retos de seguridad para las empresas que recaban información de sus clientes. El desafío no es menor, de acuerdo con el Reporte de Protección de Datos Veeam 2021, 94% de las organizaciones tienen alguna brecha de seguridad digital; 76% de las empresas tuvieron al menos un ataque de ransomware durante el año y, 36% de los datos no pueden recuperarse después de un ciberataque.
Es fundamental que las empresas tengan políticas de ciberseguridad claras y se mantengan permanentemente actualizadas mediante la modernización de sus plataformas y estrategias de protección de información, buscando que estas procuren el encriptado de datos y respaldo constante de la información (en la nube o en plataformas on-premise).
El compromiso constante de mejores prácticas en seguridad digital es la respuesta clave a la confianza que los clientes depositan en sus marcas favoritas.
Ivette Dickinson Galicia, Chief Strategy Officer (CSO) en Sparkling y R!DE
