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Check Point Software comenta acerca del ciberataque a la Cruz Roja

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha sido víctima de un ciberataque en el que los ciberdelincuentes se han apoderado de los datos personales y la información de más de 515.000 personas extremadamente vulnerables, entre ellas las que han sido separadas de sus familias debido a conflictos armados, migraciones y catástrofes, entre otras. Ahora la mayor preocupación del CICR tras el impacto de la amenaza son los riesgos potenciales que conlleva esta filtración -incluida la divulgación de información confidencial- para las personas a las que la red de la Cruz Roja y la Media Luna Roja trata de proteger y asistir, así como para sus familiares.

Check Point Software comenta acerca del ciberataque a la Cruz Roja

“La sanidad es uno de los sectores más atacados por los ciberdelincuentes según nuestros datos, y seguirá siendo uno de los objetivos más importantes en 2022. Estamos hablando de 830 ciberataques semanales a organizaciones sanitarias en 2021, esto supone un aumento de más del 71% en solo un año. Los atacantes no tienen piedad con la sanidad ni con otros objetivos humanitarios de este tipo, y la Cruz Roja no es la única. Estos grupos son conscientes de la sensibilidad de estos datos, y los ven como “objetivos de dinero rápido”. Los hospitales y las entidades sanitarias no pueden permitirse el lujo de interrumpir sus operaciones, ya que esto podría conducir literalmente a situaciones de vida o muerte”, destaca Lotem Finkelsteen, jefe de inteligencia de amenazas e investigación de Check Point Software.

“Los ciberdelincuentes implicados en el ciberataque a la Cruz Roja fueron directamente a la yugular. Buscaron los datos más sensibles de la organización, con el fin de crear la máxima ventaja posible contra la Cruz Roja. El mayor riesgo en este caso es la filtración de los datos comprometidos, que podría tener consecuencias potencialmente devastadoras para las víctimas. El ciberataque a la Cruz Roja hace que las personas indefensas sean aún más vulnerables, obligándolas potencialmente a sufrir más tiempo y a soportar más dolor. Por desgracia, los atacantes consideran estos objetivos como un negocio, y el mundo de los ciberataques es despiadado. Por ello, esperamos que la tendencia de dirigirse a las instituciones sanitarias continúe a medida que nos adentramos en 2022”, concluye Finkelsteen.

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